DECLARÓ MÁXIMO THOMSEN: «QUIERO PEDIR DISCULPAS»

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El joven acusado del asesinato de Fernando Báez Sosa pidió declarar por primera vez.

Máximo Thomsen, el principal acusado en el asesinato de Fernando Báez Sosa, habló por primera vez en el juicio que juzga la responsabilidad de los 8 rugbiers detenidos en el crimen cometido el 18 de enero del 2020 a la salida de un boliche de Villa Gesell.

«Quiero pedir disculpas principalmente porque jamás, jamás en la vida se me hubiese ocurrido tener intenciones de matar a alguien. Yo jamás en la vida tuve esa intención y quiero pedir disculpas», dijo entre llantos el joven detenido en el juicio que se lleva adelante en el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Dolores.

«Estuve años escuchando sobre mí en las que no me reconozco. Hablaban con mucho odio contra mi persona, Me hacían mucho dolor», agregó. Luego el joven narró su versión de todo lo que hizo el viernes que terminó con la muerte de Fernando.

La previa al asesinato

Thomsen contó que el viernes 17 de enero del 2020 se despertó tarde juntos a sus amigos y decidieron irse a la playa a comer y a tomar alcohol.

«Empezamos el día tomando. Teníamos muchas ganas de divertirnos por el esfuerzo que hicimos en el año. Mientras organizábamos a dónde íbamos esa noche», indicó. «Cuando se estaba haciendo de noche ya estábamos medios mamados».

Luego comentó que a uno de los integrantes del grupo le gustaba el artista que iba a tocar esa noche en Le Brique por lo que decidieron ir a ese boliche.

Acto seguido contó que junto a un amigo, de quien no dio el nombre, fue a hacer la fila para comprar las entradas para esa noche mientras el resto se había ido a la casa a preparar la comida.

Tras comprar las entradas, volvió a la casa, comieron y luego fueron a una «previa» donde había más gente oriunda de Zárate. Cerca de las 3.30 horas al boliche para no perderse al artista que se iba a presentar en el lugar.

Lo que pasó dentro del boliche

«Yo fui directo a la barra con uno de los chicos a cambiar la consumición que teníamos con la entrada. Había mucha gente, para moverse había que hacerlo con la gente o si no había que empujar», narró.

El joven contó que en el boliche había tanta gente que cualquier movimiento hacía que se volcara la bebida de los vasos. Ante esa situación pidió que no lo empujaran y una voz le respondió que «estaban todos en la misma» a lo que él le respondió que «no pasaba nada».

«Después de eso me chocan la espalda. Me tiran y cuando me doy vuelta era un amigo que tenía un chichón. Lo agarraron de atrás y lo levantaron del cogote. Yo le digo al de seguridad que lo baje. Me preguntan si era amigo y le digo que sí», señaló.

«Ahí se me tira un seguridad encima y me empieza a abalanzar, me empieza a correr. Les pregunte por qué me sacaban. Me agarraron de atrás y me cruzaron un brazo por el cogote. Me asusté porque me estaban asfixiando», añadió.

Luego Thomsen dijo haber escuchado a un seguridad decir que lo iban a llevar a la cocina para «cargarlo a palos». Él se resisitió y le pegaron dos piñas en la costilla.

«Cuando pasamos por la salida me tiraron al piso y me dicen que me quede quieto. Me logro parar, voy a la puerta y me quedo insultando al boliche. Quiero entrar de nuevo y el seguridad me dice que vuelva al día siguiente».

La pelea

Cuando lo echaron del boliche, Thomsen contó que vio que sus amigos estaban en la vereda del frente y decidió cruzar la calle. Ahí, según su relato, dijo que vio que uno de sus amigos se metió dentro de una ronda de gente desconocida.

«Cuando veo eso salgo corriendo atrás de él porque me di cuenta que se iban a pelear. A penas me meto en la ronda me dan una piña en la cara», indicó.

«Reacciono pegando patadas, no se a quién, no se a dónde, no se cómo. Estaba en shock por lo que me había pasado en el boliche. Pegue una o dos patadas pero jamás en la vida con la intención de matar a nadie. Me metí a pelear porque vi que era una persona contra muchas, no registré si había más amigos cerca».

Lo que pasó después de la pelea

Tras la pelea, Thomsen contó que fue uno de los primeros en llegar a la casa que compartía con sus amigos. Luego comenzaron a llegar algunos de sus amigos que comenzaron a contar que la pelea «había terminado mal».

«Yo le digo que no podía ser, que seguro se confundieron de pelea porque nuestra duró cuestión de segundo. Fue un abrir y cerrar de ojos. Nos fuimos a comer porque teníamos hambre», manifestó.

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