2 noviembre, 2025

EL RELATO VS. LA REALIDAD

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Por Ariel Bulacio – Docente, analista y pastor evangélico

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En tiempos donde los discursos buscan tapar los hechos, donde el relato intenta sustituir a la realidad, la Argentina vive una nueva etapa de desencanto. El oficialismo, que llegó con promesas de libertad y cambio radical, hoy se muestra enfrascado en una interna feroz por el poder. Menem, Caputo, Karina Milei y Guillermo Francos parecen moverse en tableros diferentes, con una sola coincidencia: llegar a octubre, como sea.

Mientras los argentinos esperamos señales claras de rumbo, lo que vemos es un nuevo «plan platita», esta vez con aroma libertario. La dependencia del Fondo Monetario Internacional es absoluta. El único objetivo del corto, mediano y largo plazo parece ser que el FMI gire más dinero. Después, se verá. Lo que no se ve —ni en los discursos ni en los datos— es una economía funcionando para la gente.

La desocupación y el desempleo crecen, las industrias clave no producen, y el campo, fiel a su historia, se mueve especulativamente. Los recortes golpean áreas sensibles: salud, educación, seguridad. Hoy, el Estado argentino es una paradoja: un planero institucional, sostenido por transferencias externas y un relato mediático que no se condice con la vida cotidiana del ciudadano de a pie.

Las promesas de campaña han quedado archivadas. La “motosierra” se aplicó selectivamente y la “libertad” se tradujo en salarios que se licúan, precios que no paran de subir, y un Banco Central que sigue funcionando, pero sin dólares ni rumbo. Un cepo disfrazado de libertad cambiaria, inflación de dos caras: una para los mercados y otra para la carnicería y el supermercado. Y mientras tanto, seguimos entregando recursos y soberanía a cambio de ilusiones.

No se trata solo de política, se trata de ética, de verdad, de futuro. Como dice el Evangelio en Lucas 6:31: “Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos.” Del odio y la venganza no puede nacer una Argentina mejor. Y también nos recuerda Lucas 12:2: “Porque nada hay encubierto, que no haya de descubrirse; ni oculto, que no haya de saberse.” Tarde o temprano, el velo del relato cae. Y lo que queda es la realidad, dura y sin maquillaje.

Octubre será una nueva oportunidad para preguntarnos: ¿aprendimos algo? ¿Votaremos por reacción o por conciencia? ¿Seguiremos atados a relatos que nos prometen futuro mientras nos quitan el presente?

Que Dios bendiga a la Argentina. Porque todavía queda mucho por perder… pero también mucho por ganar si aprendemos a ver y actuar con verdad.

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