DIPUTADOS RECHAZÓ LOS VETOS DE MILEI Y RATIFICÓ EL FINANCIAMIENTO DEL GARRAHAN Y LAS UNIVERSIDADES

La votación se dio en un clima marcado por una masiva movilización en las inmediaciones del Congreso y ahora las insistencias deberán ser tratadas en el Senado, donde se descuenta que el resultado será similar.
La oposición alcanzó con amplitud la mayoría especial de dos tercios necesaria para insistir con ambas leyes. La emergencia en pediatría obtuvo 181 votos afirmativos, 60 negativos y 1 abstención, mientras que el financiamiento universitario recibió 174 votos a favor, 67 en contra y 2 abstenciones.
La ley de emergencia pediátrica contempla fondos extraordinarios para hospitales como el Garrahan y una recomposición salarial para trabajadores de la salud en función de la inflación. En tanto, la norma sobre financiamiento universitario ajusta los gastos de funcionamiento de las universidades al Índice de Precios y dispone la reapertura de la paritaria del sector.
El revés legislativo expuso la fragilidad política del oficialismo, que no logró sostener apoyos claves entre gobernadores y aliados parlamentarios. Pese a la distribución de Aportes del Tesoro Nacional (ATN) por $12.500 millones a varias provincias días antes de la votación, la estrategia de la Casa Rosada no alcanzó para revertir posiciones.
Durante la sesión, la oposición destacó el impacto social de las leyes. El diputado Carlos D’alessandro subrayó: “Votar en contra del Garrahan es votar en contra del equilibrio moral”.
Las ausencias de legisladores cercanos a mandatarios aliados, como Francisco Morchio (Entre Ríos) y Gerardo Cipolini (Chaco), sumadas al voto en contra de ex libertarios y bloques provinciales, terminaron de sellar la derrota del Gobierno. Incluso, cuatro diputados misioneros alineados con el gobernador Hugo Passalacqua sorprendieron al rechazar los vetos pese a que la provincia había recibido recientemente $4.000 millones en ATN.
El resultado dejó en evidencia las dificultades del Ejecutivo para articular consensos en el Congreso y en las provincias, debilitando aún más la estrategia política de Milei en la recta final de su primer año de gestión.