Emmanuel Macron ha sacado la caballería para luchar contra las raíces de la radicalización islamista en Francia con una campaña, con la que pretende «reconquistar» aquellos barrios en los que el repliegue del Estado ha favorecido un avance del islam político más extremista. Nuestro enemigo, dijo este martes el presidente frances, es el «separatismo islamista», y la República «debe retomar el control y luchar contra las influencias extranjeras».
Francia no puede aceptar «que se rechace dar la mano a una mujer por ser mujer», que se emitan «certificados de virginidad para casarse» o que se desescolarice a niños «por razones religiosas», señaló Macron en una visita a la localidad de Mulhouse, donde lanzó un plan nacional de «reconquista republicana». La campaña busca incidir en barrios desfavorecidos con iniciativas educativas y deportivas, pero también con un mayor control de las mezquitas y los colegios musulmanes para combatir a aquellos «que en nombre de la religión quieren separarse de la República y dejar de cumplir sus leyes».
