El encontrarse con uno mismo hace que puedas encontrarte con el otro. El camino hacia el encuentro nacional es tan lento, difícil, escabroso y pasional, como el camino recorrido por el bus descapotado que transportó al seleccionado nacional de futbol campeón del mundo con Lionel Messi a la cabeza. Mareas humanas convergiendo hacia la autopista Richieri y la Gral. Paz, ni hablar del obelisco.
Encontrarse con uno mismo es encontrarse con gozo, con alegría, con felicidad, con seguridad y el autoestima alta. Como sucedió este 18 de diciembre inolvidable.
Encontrarse con el otro es aceptarlo tal como es, compartir lo mucho o lo poco que tienes y explotar al máximo ese punto de encuentro, de confraternidad, de unión, de disfrute de su compañía. En este caso una canción, una camiseta, una selección, una bandera.
Un punto de partida seria mirar al otro como dice en la biblia Mateo 19:19 “Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
Un principio de respeto hacia los mayores, la sabiduría y la autoridad.
Respetando se puede amar y ser amado.
En otro pasaje el apóstol Pablo dice que debemos soportarnos unos a otros y que para eso Dios nos dio dominio propio.
Muchas formulas de encuentro fueron ensayadas en este país y no dieron resultados.
Incluso el 18 de diciembre el descontrol, el desinterés y los intereses mezquinos de otros no permitieron un encuentro pleno del pueblo con sus idolos.
Es hora de despertar el interés por el bienestar del otro para que redunde en el propio bienestar.
Bienaventurados los que esperan un año 2023 lleno de esperanza. Si hay esperanza hay fé.
FELIZ AÑO NUEVO!!!!
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